Hola, familias.
Semana más corta y no han parado los peques de jugar y realizar
actividades relacionadas con la entrada de la primavera que hemos celebrado con
poesía, disfraces y dibujos. En breve, comenzará el periodo de Semana santa y
el Plan Lector lo iniciaremos después de esas fechas y os publicaré la semana
de antes el calendario. No os preocupéis que estaréis periódicamente
informados. La entrada de la semana que viene también tendrá un contenido adicional
relativo al control de esfínteres, una serie de consejos que os pueden orientar
ahora que el tiempo será más favorable y la ropa se puede secar si se moja, no
llevan tantas capas, etc. También recibiréis las evaluaciones del segundo
trimestre en el seguimiento de vuestros hijos/as.
Por otra parte, se les nota que cada vez son más maduros y
autónomos. Y es un proceso natural, como también las rabietas. En estas edades,
la integración en los hemisferios del cerebro les permiten una maduración en el
que son capaces de controlar mejor algunas emociones básicas a su voluntad, muchas
veces ya adquiridas como una rutina, pero a medida que su integración es más
completa, hacen tentativas con la gestión de estas rabietas que muchas veces
son controladas y caprichosas. En líneas generales, la mejor opción es la
empatía y escucharles, pero en otras ocasiones, hay que saber decir no (como
modelos adultos). ¿Por qué surgen? Como ya os he dicho, es un proceso en su
desarrollo emocional en el que una vez que las identifican, intentan
gestionarlas. El inconveniente, es que son muy pequeños aún para exigirles que las
regulen por sí mismos.
Pero una rabieta no es solo una expresión derivada de su
desarrollo cognitivo (tampoco quiero ser demasiado técnico con esto), también
de su capacidad para comprender el entorno y percibir los cambios. Os pongo un
ejemplo muy simple, si un día cambian las personas que vienen a recogerlos y no
son quienes esperan, pueden tener una rabieta a la salida. Imaginaos que tenéis
un día libre y ese día podéis acudir con la persona que normalmente lleva a
vuestro/a peque al centro: seguramente le cueste entrar y tenga una pequeña
rabieta. Y, así, constantemente serán capaces de entender mejor el contexto y
de expresarse voluntariamente como un desafío hacia vosotros. Pensad que ellos
no tienen capacidad para pensar en el “tiempo” o de tener un esquema temporal,
por lo que muchas veces (en la medida de lo posible, la vida no es matemática),
es mejor anticiparles los cambios que se pueden producir ese día o ante una
situación nueva que sabéis que puede interpretarla de una manera que, por su
tipo de pensamiento, no tienen la capacidad adulta de comprensión. También, a
medida que desarrollan su lenguaje, serán capaces de ofreceros respuestas que
os contradigan.
¿Esto es malo? No. Simplemente están creciendo y tienen más
capacidades, no son ese bebé que dormía más de 12 horas al día. Ahora, avanzan
en su autonomía y es mejor hablarles con claridad (con cariño siempre) y, escucharlos
(también complicado, dado que su lenguaje expresivo no es el de un adulto
obviamente). Pensad en vosotros/as, cómo os afectan los cambios en vuestro
estado de ánimo. Pues si nos ponemos en su piel, su forma de actuar es con los
mecanismos que tienen a su disposición y los que aprenden en la interacción con
los demás. Imitarán, harán tentativas y definirán poco a poco su personalidad. Como
veis es fácil de escribir, es coherente, pero la vida por pocos misterios que pueda
tener aplicando el sentido común, es tremendamente compleja por lo diversos que
somos.
Ahora, después de esta breve información sobre las rabietas,
os dejo con las imágenes de sus actividades. El lunes, comenzaron pintando los
monstruos verdes (empleados en marionetas y dibujos con un poema), el miércoles
realizaron su pequeño jardín para el monstruo de colores, el jueves la
decoración de la entrada y, el jueves, terminaron disfrazados. Artistas de
categoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario